Foto: ©Michel Collado
Comunicado de prensa para publicación inmediata
Caguas, Puerto Rico, miércoles, 22 de diciembre de 2010- “Las mujeres de la Isla tienen derecho a estudiar, tienen derecho a que sus hijas e hijos accedan a una universidad pública y tienen derecho a exigir que nuestro gobierno ejerza las acciones necesarias para que la pobreza deje de ser heredada generación tras generación.” Con estas expresiones la organización Proyecto Matria reiteró la importancia de que tanto el sector feminista como el de organizaciones que trabajan por los/as niños/as y mujeres de la Isla se expresen en torno al tema de la UPR.
Según la organización, aproximadamente el 35% de las familias lideradas por mujeres tienen ingresos que fluctúan entre los $10,000 y $24,000 anuales. Con este ingreso, estas familias quedan en una terrible zona económica gris que, analizada a la luz de los datos de la propia universidad, podría dejar sin posibilidades de estudios universitarios a las hijas e hijos de las mismas.
“La Oficina de Asistencia Económica de la UPR reconoce que un año de estudios universitarios puede costar alrededor de $14mil. Si una beca completa es de $5mil al año, ¿cómo pueden estas familias seguir asumiendo los aumentos propuestos por la administración de la UPR? Estamos diciendo que con sólo una joven estudiando por familia, más de la mitad de su ingreso familiar tendría que utilizarse para cubrir sus gastos de estudio”, señaló la Lcda. Amárilis Pagán Jiménez, directora ejecutiva de Matria.
“Históricamente las mujeres han adelantado y reivindicado muchos de los derechos que se le negaban por razón de su género. Sin embargo, aún nos falta erradicar la pobreza y la desigualdad a la que continúan siendo condenadas miles de familias lideradas por mujeres y garantizar que los niños y niñas que se están criando en esos hogares puedan acceder a estudios universitarios de calidad”, añadió. Según Matria, el gobierno parece presumir que estas mujeres y sus hijos e hijas sólo se merecen algún estudio técnico o ser aprendices de algún oficio. “Peor aún, parece presumir que los grupos de menores ingresos del país sólo merecen una vida menoscabada por una cultura asistencialista promovida por el propio gobierno. La UPR es el antídoto al asistencialismo y a la desigualdad pues desde ella se construye un liderazgo diverso fortalecido con las experiencias de jóvenes provenientes de todos los sectores geográficos y socio-económicos de la Isla”, puntualizó Pagán.
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