Declaración para publicación y difusión inmediata
Caguas, Puerto Rico, jueves, 26 de enero de 2012
En la mañana de hoy, se publicó una nota periodística en el rotativo Primera Hora. La misma, titulada “Fuerza de voluntad contra la violencia” destaca de manera terrible el testimonio de una mujer que alegó haber recibido maltrato institucional de parte de Proyecto Matria. Sus alegaciones, sin embargo, son falsas y son alimentadas desde una clara intención de hacer daño a la imagen y reputación de Proyecto Matria.
Un dato que salta a la vista es que el testimonio fue recogido en el contexto de la campaña (mal llamada “movimiento”) Pero hoy no es el día. ¿Por qué se recoge un testimonio tan negativo en medio de una supuesta campaña positiva? ¿Por qué se ataca a Proyecto Matria a pesar de que desde su fundación ha sido una defensora incansable de los derechos humanos de las mujeres de la Isla y una voz clara y vertical de denuncia ante las prácticas teocráticas y sexistas del gobierno? Pues precisamente por eso, por nuestra disidencia fundamentada y por nuestra verticalidad.
Durante los pasados siete años, Matria ha sido una organización claramente comprometida con el bienestar de las mujeres de nuestra Isla. Cuando una mujer es aceptada como participante de Matria, entra a un espacio seguro en el cual nosotras protegeremos a brazo partido su seguridad, su vida y su dignidad como ser humana. Nuestro modelo de trabajo es el resultado de estudio, de la experiencia y de la observación directa de la realidad de mujeres de muy bajos ingresos que han tenido que convivir con la violencia y la pobreza.
Trabajamos en un espacio en el cual NO juzgamos a las mujeres y en el que además, creemos plenamente en su potencial para sobreponerse a sus circunstancias. Esa fe en su potencial no es ciega. Sabemos que a nivel de estructura social existen circunstancias graves de desigualdad y de pobreza que se convierten en una alta pared que se interpone en su camino hacia el pleno desarrollo. Por eso, no somos una organización asistencialista y sí somos profesionales que orientamos, apoyamos y acompañamos a las mujeres en sus procesos de desarrollo. También alzamos nuestra voz, sin miedo, cuando identificamos acciones gubernamentales o privadas de corte sexista, machista o fundamentalista. Nuestro trabajo trasciende a las participantes pues las entiende como parte de un sistema que debe cambiar para que ellas puedan tener más y mejores oportunidades de vida.
No tenemos miedo al gobierno. No vendemos nuestra conciencia por un donativo insulso. No negociamos nuestros valores y lo que creemos correcto por obtener una foto de portada junto a un político de turno. Somos fieles a nuestra misión y eso les molesta a algunas personas, en especial a las del gobierno y algunos líderes de sector religioso que han vendido a su dios a cambio de poder y de dinero.
Esos mismos líderes de gobierno, y muchos de esos líderes religiosos están presentes en la campaña mediática “Pero hoy no es el día”. No es de extrañar que esta historia se publique en el contexto del lanzamiento de la misma. “Destruye la moral de tu oponente y destruyes su causa”, es la estrategia de los sectores que tradicionalmente han mantenido un control de los medios y de los recursos del país. Hoy, con esta noticia, vimos el lanzamiento de una de esas pedradas que pretenden quebrar el tranquilo fluir de nuestro trabajo por la paz y la equidad.
En cuanto a la señora Jannette Rodríguez, sólo podemos decir que mintió. En nuestra organización jamás se recomendaría a una participante poner en riesgo su seguridad y revelar a la parte agresora su información. Tampoco hacemos promesas que no cumplimos. En su estancia en Matria, la Sra. Rodríguez recibió beneficios económicos directos superiores a los $5,000, consejería sicosocial, talleres, coordinaciones de trabajo, estudio y licencia profesional y más. Su salida del proyecto ocurrió debido a su incumplimiento con el plan de trabajo que ella misma elaboró y con el cual se había comprometido al iniciar nuestro programa. No tenemos una explicación para su testimonio, salvo, quizás, una falta de aceptación por su parte en cuanto a la responsabilidad que debió asumir para aprovechar al máximo nuestros servicios.
Sin embargo, otras cientos de participantes de Matria son testimonio de lo contrario. Son testimonios vivientes de superación, de logros, de ganas de ser libres y felices, de amor y de solidaridad. La evidencia de nuestro trabajo son ellas mismas y por ellas es que día a día trabajamos.
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