Hay momentos en que amar al prójimo se hace difícil. Hay seres que no inspiran amor. Personas que nos hacen temer que los seres humanos sean incapaces de sobreponerse a sus prejuicios y odios tribales. De ese temor, muy fácilmente podríamos pasar al odio… Pero ¿qué futuro tendría la raza humana si todas y todos temiéramos y odiáramos? [lea el resto de la columna en Brujas y Rebeldes, el blog de nuestra directora ejecutiva]
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