28 de diciembre de 2007

En defensa de la OPM

Comentario por Lcda. Amárilis Pagán Jiménez
para Hoy en Las Noticias
WRTU- Radio Universidad de Puerto Rico
28 de diciembre de 2007


La propuesta hecha por otra organización para sustituir la procuradoría de las mujeres por una procuradoría de la familia resulta inaudita en pleno siglo 21, precisamente cuando a nivel internacional cuando se reconoce a la Oficina de la Procuradora de Las Mujeres en Puerto Rico como una agencia de avanzada.

En el año 1995, una delegación de mujeres y organizaciones puertorriqueñas participaron en la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. Para esa conferencia, la delegación de Puerto Rico se preparó recopilando información concreta sobre la situación de las mujeres en la isla y estudiando alternativas que ayudaran a adelantar su búsqueda de equidad en todos los ámbitos de su vida como seres humanos.

De esa participación y del encuentro con la diversidad de ideas y de retos que encontraron en esa conferencia, nació la idea de crear la Oficina de la Procuradora de las Mujeres. Una oficina concebida como un ente gubernamental que cumpliera con los parámetros internacionales de protección a sus derechos humanos y que a la vez pudiera mantener una autonomía de criterio y de acción que la salvaguardara de los vaivenes de la política del país.

El desligar la figura femenina del concepto familiar tradicional y abogar por una oficina independiente del Departamento de la Familia no se dio en un vacío. Ya que uno de los obstáculos que enfrentan muchos de los mujeres a la hora de reclamar equidad, es precisamente el que no se les considere como seres humanos plenos, y que solo sean vistas en un contexto familiar. Pensar que las mujeres solo pueden ser vistas y atendidas en un marco familiar tradicional es responder a estéreotipos por género que ya no responden a la realidad de las mujeres puertorriqueñas.

A nivel estadístico, está más que justificada una Oficina de las Procuradora de las Mujeres, pues las mujeres siguen dominando las estadísticas de pobreza. Han aumentado en las estadísticas de personas sin hogar, según el último conteo realizado en la isla, y siguen siendo las mayores víctimas de discrimen y hostigamiento sexual en los casos radicados ante el Departamento del Trabajo. Las estadísticas de casos de violencia doméstica, uno de los ejes de trabajo principales de la oficina de la procuradora, evidencian también la gran cantidad de mujeres que siguen sufriendo a consecuencia de este mal social que se deriva de la desigualdad por género.

Hoy por hoy, y a pesar de los grandes avances que hemos logrado, las mujeres seguimos enfrentando las consecuencias de posturas como las que dieron origen a la idea de que debe transformarse la Oficina de la Procuradora de las Mujeres en una Oficiana de Procuradoría de Familia. Los roles estereotipados por género siguen limitando el desarrollo pleno de nuestras niñas y mujeres para obligarlas a mantenerse al margen de la economía, las ciencias, los deportes, y en un plano más amplio, al margen de sus propias capacidades de soñar con un futuro feliz.

Ante esto, reafirmar la permanencia de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres es el deber de toda organización y mujer que crea en el derecho de todas a vivir en un país que nos acoja como ciudadanas iguales, con plena capacidad de pensar y actuar para el bienestar común y el propio.

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